Sensaciones de los viejos cuentos de hadas
Creo que en el fondo una nunca deja de ser esa niña detrás de los cuentos de hadas, de los ideales de justicia, de las moralejas que nos deja a solo un paso de la justicia.
Luchar con todas nuestras ganas por nuestros sueños, con esa misma fuerza con la que encaramos nuestras dudas, y nos sentimos a veces tan vulnerables cuando dudamos, en vez de confiar en lo que podemos ser, y sólo nos quedamos mirando lo que se ve a simple vista.
Valores que rescato sin querer, una vez más gracias al arte de las películas esas que creemos que elegimos por casualidad y en realidad, en esta vida todo es causal de alguna extraña forma.
Valores de poder sentirnos transparentes, la protagonista de nuestra mejor historia, ésa que escribimos todos los días, ésa que podemos pintar con sonrisas con la mirada perdida, o mirándote a los ojos, cómplices de esta leve sonrisa que puede decirte... te necesito o puede decirte me siento frágil, esta noche no veo donde recargar mis pilas, y comprendo una vez más que dejo de dudar cuando estoy contigo.
Valores que cuando lo conjugo con las personas correctas nos hacen mejor persona, nos ayudan a no perder de vista nuestra esencia, sentir que tenemos el guardián que precisamos, para que los temores no sean esos monstruos enormes y oscuros, sino sólo personajes de fantasía que se desvanecen cuando él está.
Valores, de sentir que las personas que se ven, como comunes tengan líderes, traductores, escondidos esos que no todo lo que vemos a simple vista es lo que parece, tantos líderes pasaron desapercibidos por los ojos de las sociedades, tantas letras quedaron guardadas en hojas amarillas por el paso del tiempo, tantos silencios nos privaron de palabras que pudieron ser las indicadas para a alguien que se perdió por no escucharlas jamás.
Valores, ideales que quedaron guardados en estos cuentos fantásticos que la gente se olvida de contar, de pensar de sentir y vamos perdiendo la esencia de soñar, de planear, de dejarnos llevar deplejar las velas de nuestros mejores sueños y aprender a dejar de ser un sueño y convertirnos en nuestra mejor realidad.
Valores y sensaciones, miradas, dejar salir nuestras emociones, nuestras peores dudas, la parte más vulnerable de no dejar de pensar.
A veces no tener secretos también no hace alguien importante, que la sobervia nos mata, que la imagen no lo es todo y la mejor hada no es la que tiene ojos claros, sino la que sabe reflejar su alma en una mirada.
Porque nunca dejemos de ser niños y soñar con estas historias que me roban suspiros sin pensar, esa sensación de salir casi con mis pies casi rozando el piso tan liviana tan llena de pensamientos que no pesan que nada saben de lados oscuros...
Un beso azul desde la dama del Agua...
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